En diversas ocasiones, me he enfrentado a ejercicios de planificación estratégica en contextos dominados por las urgencias de corto plazo y presión de unos resultados poco halagüeños.
En estas circunstancias he recurrido al pasaje histórico que se atribuye a W.Churchill, cuando en medio de una enorme presión por la amenaza de una inminente invasión alemana de las islas, promovió ante el asombro de muchos, una iniciativa para el estudio y diseño de medios que en un futuro facilitaran el desembarco e invasión del continente por parte de las tropas británicas. Cuando cuatro años más tarde, las tropas aliadas desembarcaron en Europa, algunos de los medios que lo hicieron posible fueron fruto del trabajo realizado a partir de esa iniciativa.
Es difícil pensar en un nivel de presión mayor que el que se cernía en ese momento sobre el líder de toda una nación amenazada de invasión. Sin embargo, ésta no quebró su voluntad de pelear por un destino que ya había visualizado y para el que entendía que debía preparar a sus tropas, al tiempo que atendía los retos excepcionales del muy corto plazo.
La enseñanza de este pasaje me permitía sensibilizar a los equipos de formulación de estrategia, sobre la verdadera naturaleza del ejercicio a realizar y la necesidad de no sucumbir a las presiones del corto plazo sin que ello implicara obviarlas.
Conseguir el compromiso de aquellos que establecen las prioridades por reservar una parte de su esfuerzo a los asuntos del largo plazo, es una condición necesaria para el éxito. Y constituye en sí un mensaje de confianza en el futuro de un enorme valor para los equipos, especialmente en situaciones de dificultad.
Esta necesaria sensibilización, combinada con un conocimiento profundo de las circunstancias en las que se desarrolla el negocio, tanto de capacidades propias como de las claves del mercado, permitían al equipo directivo, con la metodología adecuada, culminar el objetivo perseguido, esto es, un plan equilibrado de medidas que atendían aquellas urgencias que comprometían el corto plazo junto con aquellas otras, irrenunciables en su propósito estratégico, en las que era preciso trabajar desde ese momento para que el futuro de la compañía fuera lo más parecido a lo que aspiraban a conseguir.
Juan Morales Aguado
Consultor, Interim Manager y Fundador de ESTRATICE